Flaubert sobre la democracia

En el prólogo a la edición de Bouvard y Pécuchet que edita Mondadori (Grandes Clásicos), Jordi Llovet recupera algunos fragmentos de la correspondencia entre George Sand y Gustave Flaubert. Allí, el autor vierte sus ideas, desesperanzas y convicciones sobre la «democracia» o el «pueblo».

 «Lo único razonable es un gobierno de mandarines, a condición de que estos mandarines sepan algo, y si es posible muchas cosas. El pueblo es un eterno menor de edad y siempre estará al nivel más bajo, porque equivale al número, a la Masa a lo ilimitado… Nuestra salvación solo se encuentra, en el momento presente, en una aristocracia legítima, y entiendo como tal una mayoría compuesta por algo más que cifras».

«Me parece que la masa, la cantidad, el ganado, siempre serán despreciables. Lo único que importa es un número reducido de espíritus, que siempre son los mismos, y que se pasan la antorcha unos a otros. La idea de igualdad (que es lo que significa la democracia moderna) es una idea esencialmente cristiana, que se opone a la idea de justicia… Estoy convencido de que vamos a parecerle a la posteridad personas extraordinariamente simples. Las palabras República y Monarquía les darán risa, como nosotros nos reímos hoy del «realismo» y del «nominalismo»… El primer remedio será la abolición del sufragio universal, que es la vergüenza de la civilización humana».

«Si Francia no adopta cuanto antes una actitud crítica, entonces la veo irremisiblemente perdida. La instrucción gratuita y obligatoria no va a hacer sino aumentar el número de imbéciles. Lo que necesitamos, ante todo, es una aristocracia natural, es decir, legítima. Nada puede hacerse sin cabeza. Y el sufragio universal, tal y como está ahora concebido, es algo más estúpido que el derecho divino… La masa, la cantidad siempre es idiota. No es que yo tenga muchas convicciones, pero esta la tengo profundamente arraigada».

Luego en Bouvard y Pécuchet concede: «De todos modos, hay que respetar a la masa, por inepta que sea, porque contiene el germen de una fecundidad incalculable. Dadle la libertad, pero no el poder. El sueño de la democracia consiste en querer elevar al proletariado al nivel de la tontería del burgués».

Publicado por

Pilar Gómez Rodríguez

Periodista cultural. Escribo sobre filosofía, literatura, arte, diseño arquitectura... Los libros casi siempre andan por ahí. Publico en digitales y medios impresos como La maleta de Portbou, Coolt, El Salto, Nueva Revista, La Marea... Colaboro con publicaciones como “Diseño interior”, “La aventura de la Historia” o “Descubrir el Arte”. Y soy escritora. Autora de tres obras publicadas: los libros de relatos "Siete paradas en el país de las sombras", en Edaf; "La carretera de los perros atropellados" en Xorki; y la novela "La otra vida de Egon", en Gadir. Me encontráis en letrasyfilo@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *