Las cartas de Scott Fitzgerald recopiladas en El arte de perder (Círculo de Tiza) se convierten en la crónica de un hombre acosado por las deudas, la enfermedad, las dudas sobre su valía… Un ser torturado por los otros y sobre todo por sí mismo. Este es el relato en segunda persona de una vivisección.
La primera muerte de Jean Améry
Las palabras que siguen corresponden al segundo prólogo, escrito en 1976, del libro de Jean Améry Más allá de la culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la violencia, publicado por Pre-textos. Ese libro –donde, en palabras de su autor, “se describe cómo se sufre la violencia, eso es todo” – había aparecido diez años antes con las reflexiones de este intelectual austriaco, torturado por los nazis e internado en el campo de exterminio de Auschwitz. Se suicidó, tras algún intento fallido, en 1978. Pero el título no hace referencia a ese intento, sino a su indignación e incredulidad en la década de los 70 ante quienes reivindicaban o practicaban la violencia en contra de una democracia que acusaban de “formal”.
Hay que cerrar… Palabras tras la muerte de Pedro Sorela
Me rodeó la misma sombría tristeza y casi desolación que a ti, si es que fuiste alumno o alumna de Pedro Sorela, al saber que había muerto el pasado mes de abril. ¿Tan pronto? ¿Por qué? Como si morir necesitara explicaciones. Volví a su blog a leer la última entrada, comenté con algún amigo, repasé alguno de sus libros que andan por casa… Rituales. Y sin embargo… Despedida errada. Herida mal cerrada. Sigue leyendo Hay que cerrar… Palabras tras la muerte de Pedro Sorela
Ginebra shore. O el nacimiento de la novela gótica en el año sin verano
En 1816, un grupo de jóvenes creadores con ganas de pasarlo bien se encierra –a la fuerza, por el mal tiempo– en una villa. Fruto de esas sesiones nacerá la novela gótica tal y como la conocemos hoy.
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William Morris: temor y esperanza
Desde todas sus facetas, y eran muchas, William Morris (1834-1896) se dedicó a luchar contra lo que había supuesto la revolución industrial para el individuo. Según él, lo había anulado; el trabajo penoso y esclavo lo había reducido a un mero engranaje reemplazable destinado a repetir las mismas mecánicas y embrutecedoras acciones. Como novedad, además del análisis, Morris ofreció su personal solución: recuperar una forma de trabajo que tuviera como modelo los artesanos medievales. Una labor minuciosa que conjugara creatividad, goce en la ejecución, utilidad y belleza; solo así se llegaría a añadir belleza al mundo. Se tomó en serio sus palabras y esa fue su labor, especialmente destacada en lo que se refiere al diseño textil y de papeles pintados caracterizado por motivos, delicados y repetidos, inspirados en la naturaleza. Curiosamente los productos que salían de su taller eran tan complejos en su producción que solo las clases adineradas podían llegar a permitírselos. Sigue leyendo William Morris: temor y esperanza